¿gay? por Omar Chavez

¿Gay?

Por: Omar Chávez

Actualmente hablar de género incluye muchas categorías, que en lo personal resulta útil pero tedioso y aburrido. Útil porque así los demás pueden comprender que pasa con las mujeres que se visten de hombres o los hombres que se operan y agrandan el busto; útil además porque  nuestra sociedad busca ponerle siempre un nombre a todo lo que existe, como si no fuera suficiente ser personas o humanos. Digo ¡es tedioso y aburrido! porque en primer lugar “en gustos se rompen géneros”  lo que nos da lugar a muchos gustos (multiplicados por infinito) luego entonces nombrar a cada uno, uno por uno, buscando especificidades y características únicas llega a ser una tarea que me hace perder de vista la esencia de lo que realmente es la otra persona.

Titulé este texto, como ya usted ha visto, porque esa es la primera respuesta que daría mi padre o madre si yo les dijera que no me atraen las mujeres y que soy gay. Lo que seguiría a eso sería una explosión de enojo, tal vez repudio y podría ser que algunos golpes. Sin embargo ahora analizo la situación y digo ¿Por qué tendría yo que decirles a mis padres “soy gay”? ¿Acaso mi hermano les dijo “soy heterosexual”? Es por eso que inicié escribiendo sobre género ya que resulta muy interesante pensar que los hombres (categoría que incluye mujeres) tengan que segmentarse para hablar de sentimientos.

Habemos personas que necesitamos encasillar, tenemos una visión cuadrada de la realidad, en esencia una imposición de blanco y negro, niño-niña, hembra-macho. Agregado a esto, nos da miedo abrir nuestra mente a nuevas realidades y conceptos, u orillamos los nuevos con designaciones como el caso de decir “los trasvestis” “los gays” “las drags Queens” etcétera.

No tengo que ir por la calle ondeando la bandera multicolor si no quiero. Puedo ser amanerado si yo quiero. Si quiero vestirme todo de azul hoy, si quiero tomar café en lugar de refresco, si prefiero nadar en lugar de correr o si no quiero coger con ella y sí con él, ¿qué más? Así soy yo, el yo es un cúmulo de cualidades y características que rompen con muchos esquemas de etiquetado; por ejemplo Daniel es un oaxaqueño que en las noches trabaja en un cabaret, su nombre artístico es Cinthya, tiene un novio que se llama Arturo que antes era Isabel, ahora bien Daniel ama su cuerpo masculino pero le apasiona transformarse en mujer porque según él, esa es un escaparate de su rutina.

En ese caso Daniel, si encasillamos, sería una combinación entre gay-travesti pero su relación con Arturo rompe un esquema de “ser gay”; el del deseo por el hombre. Por tal razón yo creo que es mejor decir “el Daniel y punto”. Parece ser  “imperdonable” no pertenecer o por lo menos identificarte con un subgrupo del grupo ya que dentro de esos mismos grupos hay reglas que cumplir o parámetros que seguir.

Es como sucede cuando tienes una relación del tipo “amigos” con una persona, pero ese amigo(a) no se contiene al tocarte, te coquetea, te desea, te besa o tienen sexo; muchos dirían: -esos dos parecen novios-, algunos más liberales opinarían que son amigos con derechos. Eso es quitarle la emoción a esa relación; ellos se divierten jugando a eso, etiquetarlo deviene peligroso porque incluiría responsabilidades.

¿Por qué quitarle la humanidad a las personas ? esa es mi conclusión, ahi dejo el debate.