El papel de la fotografía en los conflictos bélicos
Por: Fabiola Pacheco
Pacheco
Estudiante de
Relaciones Internacionales.
Universidad del Mar,
Campus Huatulco, Oaxaca.
La fotografía ilustra los
hechos que suceden en nuestra vida cotidiana. Desde su nacimiento en Francia,
en la segunda década del siglo XIX; los fotógrafos se habían enfocado en
retratar imágenes de todo aquello que tenían a su alcance: paisajes, familias, personalidades,
espectáculos, eventos sociales, etc. Sin embargo, los fotógrafos se encargaron
de hacernos ver que no todos los contextos que ilustraba la fotografía tenían
que ser necesariamente atractivos. Había surgido la oportunidad para los
fotógrafos de mostrar al mundo lo que sucedía en otras partes del mundo y de
transmitir esa otra realidad que estaba presente pero que muchos ignoraban. De
esta manera, los conflictos bélicos vinieron a dar un giro al mundo de la
fotografía y a la cosmovisión que el ser humano tenía de la guerra.
En aquel tiempo no existían
tecnologías como el teléfono móvil o el internet, que facilitan la transmisión de
los hechos. El trabajo de un fotógrafo consistía en hacer buenas fotografías
llevando a cuestas todo el equipo fotográfico. Las condiciones para sacar una
fotografía no eran las más adecuadas: los lugares estaban devastados y el
semblante de las personas solía ser siempre de tristeza y dolor. Por otra
parte, estaba prohibido sacar fotografías de muertos, debido a la imagen que el
país podía reflejar al exterior, así como el sufrimiento de los familiares de
las víctimas. De esta manera, el fotoperiodista se las tenía que ingeniar para
sacar la mejor fotografía.
Ahora sabemos que el tomar una
fotografía implica que: los protagonistas de un acontecimiento serán registrados
por una persona ajena al sufrimiento pero que cumple con su labor de
fotografiar dichos hechos, para después ser observados por terceras personas quienes
darán la interpretación del impacto que causa esta fotografía. El revelar una fotografía de un conflicto
implica tanto un riesgo para el periodista (por los gobiernos, la respuesta de
las personas, el poner en peligro su vida) como para los protagonistas.
La
fotografía de guerra
La fotografía de guerra empezó
a cobrar importancia con la Guerra Civil
Española. En esta época aparecieron las cámaras Leica y la Contax, que
habían reducido su tamaño y se podían portar en el bolsillo. Este
acontecimiento mejoró mucho el contexto del fotoperiodismo, pues la guerra cada
vez implementaba nuevas tácticas militares que ponían en riesgo la vida de los
fotógrafos.
En la
Guerra Civil Española destacaron fotógrafos como Robert Capa (de nacionalidad
húngaro) que ilustró por primera vez la crueldad de la guerra. La “Muerte de un
miliciano”; es su más famosa fotografía que representa la muerte de un soldado
anarquista en manos del ejército nacional.
La muerte de un miliciano. Robert Capa (1936-1939)
Esta fotografía simboliza la
Guerra Civil Española y a la vez es la imagen icónica del fotoperiodismo de
guerra. La imagen causó un impacto en la cosmovisión de la sociedad sobre los
conflictos bélicos. “Las fotografías del sufrimiento y el martirio de un pueblo
son más que recordatorios de la muerte, el fracaso, la persecución. Invocan el
milagro de la supervivencia” (Rocco & Rogelis, 2009). Así, las fotografías
de tales acontecimientos hicieron que la sociedad saliera del mundo de vanidad
en el que estaba sumergida, para abrir una mirada a la realidad que vivían los
países en conflictos bélicos.
El documental “Héroes sin armas” detalla la vida de
cuatro fotógrafos españoles (Alfonso, Luis Marín, Pepe Campúa y José María Díez
Casariego) que realizaron un excelente trabajo durante la Guerra Civil
Española. Tal documental muestra imágenes tomadas por ellos que hasta ahora no
se habían publicado. Ellos no eran soldados o periodistas extranjeros, ellos
eran nacionales que se dedicaban a este trabajo artístico. Sin embargo, la vida
les cambió de un momento a otro; para dar todo lo que estaba en sus manos y
poder filmar esos horrorosos sucesos en contra de los anarquistas.
Alfonso, Luis Marín, Pepe Campúa y José María Díez Casariego; antes de la Guerra Civil Española.
Además, se encontraban bajo la censura del
gobierno que fue la causa para que les fuera imposible publicar esas
fotografías. En el 2012, la Acción Cultural Española se encargó publicar un
documental en el que se pudo apreciar la recopilación del legado fotográfico de
Luis Marín y sus amigos fotoperiodistas.
Otro de los materiales que
muestran evidencia fotográfica de la Guerra Civil en España, es el documental “The mexican Suitcase (2011)”, dirigida
por Trisha Ziff, que relata la historia de un portafolio que contenía los
negativos de fotografías tomadas por Robert Capa, Gerda Taro y David “Chym”
Seymour. Estas fotografías llegaron a México a consecuencia del exilio, pero
fueron reveladas 70 años después, tras haber sido encontradas por los herederos
de los fotógrafos.
El papel que desempeñó la
fotografía en la Guerra Civil de España fue mostrar a las personas las
atrocidades de un evento que acontecía en el exterior y que estaba dañando
seriamente a los nacionales de ese país. La fotografía demostró ser un medio
para relatar la realidad de forma objetiva. Fue de tal manera que la fotografía
al ilustrar los conflictos bélicos, dio paso a un nuevo género periodístico
conocido como: fotoperiodismo.
El antecedente de la Guerra
Civil Española sirvió para abrir paso al fotoperiodismo ante la Segunda Guerra Mundial. A partir de este
nuevo contexto, los gobiernos de los países ya estaban alertas sobre la
importancia de la fotografía, y de lo necesario que era la censura. Ahora los
gobiernos decidían que fotos se podían ver y cuáles no. Era importante relatar
los hechos, pero se debía evitar que los cuerpos mutilados, destrozados,
cadáveres de mujeres, niños o personas mayores aparecieran en las fotografías.
Así los grandes periódicos y revistas de la época como Life o Vu enviaban
hombres para ser los primeros que obtuvieran las fotografías. Pero a su
regreso, estos eran supervisados para no entregar material que pudiera dañar la
imagen internacional del país.
Los barracones de Buchenwald,
sobrevivientes de la Segunda Guerra Mundial. Elie Wiesel, fue el prisionero de
Auschwitz número A-7713.
La fotografía había alcanzado un enorme poder, que las revistas o
periódicos se encargaron de mostrar esta cruda realidad. Así, expertos como
Robert Capa o Eugene Smith demostraron su valentía al trasladarse a las zonas
de conflicto. En los lugares en que fotografiaban los hechos no había hoteles
porque ya habían sido derribados, ni restaurantes; solo hambre y sufrimiento.
Los fotoperiodistas sufrían de igual forma que un soldado, y por esto la
calidad de su trabajo era apreciado.
Sin embargo, los periodistas no eran los únicos que podían hacer esta
labor. “Los soldados se convirtieron
en una fuente prácticamente inagotable de materiales gráficos e información
sobre el campo de batalla” (Bauluz, 2010). Ellos en sus cartas compartían
recuerdos y en ocasiones llevaban en sus bolsillos cámaras que les permitían
sacar fotografías en plena zona de conflicto, ya que algunas veces los lugares
de conflicto prohibían el acceso a los medios de comunicación.
:
El escenario perfecto para los fotoperiodistas fue la Guerra de Vietnam, pues se encontraron
libres de censura por parte de los gobiernos y pudieron denunciar abiertamente
lo que estaba sucediendo. A diferencia de la Segunda Guerra Mundial, aquí no
hubo limitaciones, los fotoperiodistas podían tomar las fotos que quisieran. No
obstante, las imágenes que podían obtener de tal lugar eran demasiado crueles.
Pese a tales circunstancias, las fotografías solían ser tan
perturbadoras. Nick Ut un fotoperiodista vietnamita pudo fotografiar a una niña
que venía huyendo de la explosión por napalm. Toda su aldea había sido
bombardeada. Entonces, ella corría desnuda pues su ropa había sido quemada por
este agente químico y presentaba severas quemaduras en la piel. Asi que, Nick
Ut aprovechó y capturó el instante en el que ella corría delante de unos
soldados en compañía de otros niños de la aldea. Después, Nick corrió y llevó a
la niña a un hospital. La imagen fue llamada “La niña de Napalm”. La fotografía estuvo a punto de no ser
revelada no por el sufrimiento que reflejaban los niños en la imagen, sino
porque la niña corría desnuda.
La niña de Napalm, fotografía tomada por Nick Ut, 1972.
Esta fotografía ayudó a que la guerra se detuviera en Vietnam. Generó
perturbación en las personas que vieron tal imagen, pues el gobierno ignoraba
la fuerza que podría cobrar la imagen. Desde esta ocasión los gobiernos han
censurado a los periodistas por denunciar ante el mundo lo que ocurre en otros
lugares.
Esta es
otra de las fotografías más emblemáticas de la guerra en Vietnam. Demuestra el
poder de un General que no tiene miedo a la opinión pública y que decide
asesinar a un rebelde incluso enfrente de los fotoperiodistas.
El General vietnamita Nguyen Ngoc Loan, dispara a un prisionero acusado de ser un vietcong en Saigon, el 1 de febrero de 1968.
Lo que para la opinión pública
puede ser horroroso, para los familiares de las víctimas de la guerra es
indignante. Incluso cuando se está en una misma galería que alguna persona cuyo
familiar ha muerto en la guerra. Sin embargo, esta es una forma de democratizar
la fotografía y hacer ver al mundo que hay muchos tipos de realidades.
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Faby, interesante tema el que tratas. Me gusta como lo relatas desde la parte histórica, de cómo surge y algunas reflexiones sobre su impacto. No obstante, creo que es ahí donde te quedas un poco corta, en las reflexiones. Igualmente eso se ve reflejado en algunas aseveraciones que haces a lo largo de tu blog, por ejemplo: "que facilitan la transmisión de los hechos"? O sea, ver a la fotografía como un hecho? No te parece que es algo contundente pensar que una foto es una revelación de los hechos? A caso no es la mirada del fotógrafo? Otra observación es después de varios párrafos, defines qué es el fotoperiodismo, creo que es cuestión de estructura de tu blog. En cuanto a referencia de los primeros enviados especiales para cubrir al SGM, fue una mujer fotoperiodista enviada de la revista Life.
ResponderEliminarMás adelante haces una aseveración que es cuestionable cuando aludes a la fotografía de la "niña de Napalm" afirmas: "Esta fotografía ayudó a que la guerra se detuviera en Vietnam". ¿Estás segura? Sabemos que no fue así, quizá fue uno de los elementos, sí. Pero no creo que haya sido la que ayudó concretamente para terminar la guerra, me parece que tuvieron más peso los escándalos del watergate.
Interesante blog! Buen trabajo!